martes, 23 de noviembre de 2010

NUESTRA MADRE CÁNDIDA Y SU "SI" A DIOS.

Todos recordaremos con cariño y alegría la fecha del 17 de Octubre como FIESTA DE LA SANTIDAD; fecha singular llena de connotaciones para nosotras la Hijas de Jesús en primer lugar y también para toda la familia de la Madre Cándida; día entrañable y muy especial si lo hay, por la PROCLAMACIÓN DEL PAPA BENEDICTO XVI en el atrio de la basílica de S. Pedro la elevación de esta sencilla y gran mujer a los altares; y todo por su gran disponibilidad al querer de Dios y su plena confianza en Él. Ella decía :" Con Dios todo lo puedo y sin Él no puedo nada" o también esta otra:" Tengo mi confianza puesta en Dios".
Estas frases que a primera vista pueden parecer fáciles de llevar a la vida , encierran una gran abnegación, cariño y grandeza de alma . La Madre Cándida era mujer de palabra y decisiones firmes, con un corazón en el que Dios puso su sello y que la llevaría más tarde a tomar la firme resolución de vivir" solo para Dios, decisión fielmente mantenida hasta su muerte.
Haciendo un recorrido por las fundadoras de órdenes religiosas de la segunda mitad del S.XIX, dedicadas a la enseñanza, la Madre Cándida llama la atención por un detalle: Hasta los 18 años de edad, prácticamente no hablaba el castellano; e incluso,¡ todavía era analfabeta, cuando a los 24 años de edad, recibió la llamada de Dios para fundar una Congregación religiosa dedicada a la educación! ¿ Cómo es posible que una joven que no sabía leer ni escribir, pudiera ser elegida para semejante tarea? He aquí la lógica de Dios, que ciertamente no coincide con la nuestra...La santidad se apoya en dos pilares fundamentales: La humildad y la confianza. "Santo" es aquel que no desea otra cosa que lo que Dios quiera, y en esa perfecta confianza y humildad, se sabe frágil, y al mismo tiempo, invencible. Por ello la Madre Cándida solía repetir con frecuencia:" Sola nada , pero con la gracia de Dios, lo puedo todo "No es difícil llegar a la conclusión de que este estilo que tiene Dios de hacer las cosas, es una llamada a entender la santidad en la humildad.
Podríamos seguir relatando cómo llegó a ser una realidad floreciente, aquello que en un primer momento parecía una locura; pero tal vez sea preferible retornar a los inicios de su vida, para descubrir así el secreto de esta alma de hierro, tan moldeable como la arcilla misma.
No parece que sea casualidad que las "Jesuitinas" hayan tenido una guipuzcoana como fundadora: La propia Madre Cándida contaba la anécdota de que a sus diez años al pasar por la estatua de S. Ignacio de Loyola, que sostiene el libro de los Ejercicios Espirituales, solía exclamar:"Santo mío, quiero hacer lo que dice ese libro".
Ciertamente, creo, que uno de los dramas de nuestra cultura postmoderna es la carencia de raíces, tradiciones y modelos de referencia, sobre los que edificar los valores de nuestra vida. Sin embargo cuando conocemos a alguien que consigue ir más lejos que el común de los mortales, nos percatamos de que parte de su secreto está en haberse encaramado sobre los hombros de quienes le han precedido.
Queridos hermanas y hermanos, demos gracias al Señor por el don de la santidad que hoy se refleja en la Iglesia; y dejémonos guiar por sus enseñanzas, para que nuestra existencia sea un cántico de alabanza a Dios. Que nos obtengan esta gracia la Virgen María y la intercesión de Santa Cándida María de Jesús.

Carmen Arranz
Hija de Jesús. Murcia

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